Stiper

STIPER:

Los Stiper son pequeñas almohadillas de silicio cristalizado SiO2 (Cuarzo) aglomerado. Se ha tenido en cuenta durante su proceso de cristalización las condiciones físicas de luz, sonido y medioambientales para que sea totalmente neutro. 

Por su especial estructura cristalina es un Bio-resonador de la energía universal, restaura el orden. 

Una de las propiedades fundamentales de los cristales de silicio es la regulación inteligente de nuestra energía, ya que la dispersa cuando es excesiva y la eleva en caso de deficiencia. Pero aún hay más, la alquimia considera al silicio como un limpiador y estimulante espiritual que agudiza la inteligencia, infunde serenidad y calma los estados de estrés. No es casual, por tanto, que sea este elemento el que se utilice para aplicar la terapia. En la práctica es utilizado para la curación del cuerpo por su carga vibracional. 

 

 

 

Por Pedro Pedro Plaja Acupuntor y Naturopata 

El inicio de la investigación de la Stiper Terapia® fue a mediados de 1996, es fruto de una necesidad: mi esposa Milagros Uria, que también se dedica a la Acupuntura, está especializada en el tratamiento de los niños, deseaba sustituir las agujas, ya que en algunos niños es desaconsejables ( por su edad o por la tensión que les supone el hecho de pincharlos). Además de los niños, hay muchos pacientes que tienen una verdadera aversión a las agujas. 

Las bases científicas en las que se fundamenta la Stiper Terapia® se remontan a la Alemania de finales del XIX, cuando el homeópata Dr. Auguste Weihe observó que siempre que se daba un cuadro patológico en un paciente determinados puntos de la superficie corporal presentaban una reacción dolorosa a la presión. Estas relaciones cutáneo-viscerales y la enfermedad fueron establecidas por el Dr. Weihe y publicadas en 1886.

El Dr. De la Fuye, estudioso de la Medicina Tradicional China, observó que 153 de los puntos de Weihe coincidían con puntos de acupuntura. Entonces usó, de forma paralela, la acupuntura y pequeñas agujas en forma de chinchetas que dejaba fijadas para obtener una estimulación permanente, obteniendo de esta forma mejores resultados. 

Hemos estado utilizando esta última técnica durante años. No obstante, y a pesar de los buenos resultados obtenidos, se presentaban algunos inconvenientes, principalmente al desplazarse la aguja con el movimiento, con lo que se producía la inflamación de la zona o la imposibilidad de aplicarlo en algunos puntos. Estos hechos, más el temor que las agujas provocan en algunos pacientes, nos llevó a investigar y buscar métodos y técnicas para la estimulación permanente que no presentaran problemas en su aplicación. 

Centramos nuestra investigación en todos los métodos para realizar una acupuntura no invasiva, eficaz y de resultados repetitivos, lo que nos llevo a experimentar con la digitopuntura, semillas, imanes, pequeñas ventosas y también con bolitas de arcilla sin olvidarnos de la musicoterapia, cromoterapia y por supuesto con gemas y cuarzos 

LOS MEJORES RESULTADOS LOS OBTUVIMOS CON LA ARCILLA Y LOS CUARZOS 

Las arcillas tenían la gran ventaja que la podíamos amasar ya sea bien con preparados homeopáticos, flores de Bach, fitoterápicos y al aplicarlo sobre los puntos o zonas dolorosas, obteníamos además de la activación del punto, el aportar la información del producto que le habíamos puesto 

Los cuarzos además de trabajar como si realizáramos una presión contante digitopuntura, tenían la gran ventaja de poderlos programar con el color o el sonido. 

PARECE SER QUE SI TUVIÉRAMOS UN CUARZO QUE ADEMÁS SE COMPORTARA COMO LA ARCILLA SERIA EL IDEAL 

De ahí surgió la idea de poder tener un cuarzo que a la vez tuviera la posibilidad de ser maleable con una buena plasticidad y combinamos la arcilla con el polvo de cuarzo pero no terminaba de tener las cualidades deseadas, además al triturar el cuarzo perdía parte de sus características. 

Tuvieron que pasar todavía 7 años para obtener un cuarzo que fuera esponjoso y absorbente que hemos denominado STIPER de esta forma teníamos las ventajas y propiedades del cuarzo y la arcilla, para poder ponerle a voluntad en caso que así lo creyéramos conveniente para la terapia que debíamos realizar adicionarle unas gotas de homeopatía, fitoterapia flores de Bach o simplemente darle información con el color o el sonido. 

Al disponer de un cuarzo con una textura parecida a un algodón, habíamos superado de esta forma el grave inconveniente que teníamos con los pequeños cristales de cuarzo pues al no ser regulares y con sus a veces afiladas aristas producían, pequeñas lesiones en el lugar de la aplicación.